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Forma y contenido

Lo dijo Noé el 2 de abril de 2010 , mientras ordenaba , , ,
Hay tres posibles variables implícitas en esa ecuación llamada "la percepción de mi propia imagen". No son las únicas, pero pueden llegar a ser representativas:
-Ser (o sentirse) guapo/bonito/mamado.

-Ser listo/creativo/ingenioso.

-Ser atractivo.

Estas tres pueden coexistir de manera, digamos, armoniosa en un individuo. O presentarse en proporciones dispares, al punto que una o dos dominan más, en tanto que otras son prácticamente inexistentes. Entiéndase el "ser atractivo" no como la belleza física per se, sino como la suma de rasgos de la personalidad que hacen que el individuo se sienta seguro de sí y transmita esa seguridad ante los demás.

Los resultados obtenidos de estas múltiples combinaciones podemos verlos deambulando cómodamente por la vía pública. Pero, sobre todo, lo vemos a diario porque convivimos con éste y lo vemos claramente reflejado en cualquier espejo.
Es obvio que los resultados son sumamente variables:
-Hay guapos que no son listos, pero tienen cierto encanto que los hace ser atractivos...si puedes aguantar más de 10 minutos de payasadas.
-Hay listos que no necesariamente son guapos, pero resultan atractivos por otras facetas de su personalidad (añada la cualidad/perversión de su preferencia).
-Hay personas atractivas (por X ó Y) que no son guapas. Y si al conocerlos te das cuenta que tampoco son listas...ehm....Tuxpan, tenemos un problema...
Y podríamos seguir obteniendo resultados por largo tiempo. Ahora bien, una cosa es que esa sea la percepción que se tiene de uno mismo. Hay que considerar que la más de las veces la percepción de los demás sobre nosotros también entra al ruedo. Esto depende de cuánto decidimos que nos afecte. Un simple comentario de alguien más puede causar un impacto en nosotros, en mayor o menor medida. Lo que decimos y hacemos también puede influir en otros. Seleccionamos y nos seleccionan ¿basados en qué? Respóndanse ustedes mismos.
Y es que, por naturaleza, tendemos a ser organolépticos. Juzgamos y basamos nuestras preferencias en lo que vemos, lo que podemos tocar. En lo tangible. Selección natural. La prevalencia del más apto o el más bonito. ¿En qué punto dejamos lo intangible? ¿Y cuánto grado de importancia le damos?
"¡No! ¡guácala!" Fue la respuesta que escuché de una niña en 4º grado de primaria cuando alguien más le preguntó si yo le gustaba. Resulta curioso que aun recuerde ese incidente. No es que me haya traumado (aunque al acordarme, extrañamente, me tiemble el párpado izquierdo y se me tuerza el cuello, jaja). Tomando en cuenta, además, que se trataba de un incidente de párvulos. Por lo que ha pasado al archivo de anécdotas curiosas.
Mi experiencia personal es similar a la de cualquier otra persona: creciendo con inseguridades, una timidez galopante que casi rayaba en misantrofobia, sentirse poco atractivo, desarrollar otras cualidades, ser el matadito de la clase. Para después, al crecer, darse cuenta que se puede hacer algo por cambiar la situación. Comienza el ejercicio y sus resultados. Comienza la vida sexual activa (bueno, más bien "inter" =P). Y ante los típicos comentarios: eres muy guapo, llamas la atención, qué bonita sonrisa, bonitos labios, bonito cu...erpo, blah blah blah....puedes comenzar a perder piso. No digo que sea malo ser halagado. A todos nos agrada. Pero estamos jodidos cuando nuestro grado de aceptación de nosotros mismos depende mayormente de la percepción y el agrado que los demás tengan de nosotros. Me volvería, quizá, como el personaje vanidoso en El Principito. En su propia percepción, él era el más elegante, el más guapo y el más interesante de su planeta. Cosa curiosa: él era el único habitante de su planeta. Cuando el Principito llega a éste, busca por todos los medios lograr la admiración del niño. Y se me ha quedado grabada la respuesta de el Principito: "Yo te admiro pero ¿de qué te sirve?"
Podemos ser sólo forma. Podemos ser más contenido. Creo que, cuando procuramos más ser lo segundo, se va moldeando la forma. Hasta obtener al final, alguien a la medida de lo que queremos ser. Si los demás perciben eso de nosotros, bien. Si no lo quieren hacer, bien. Si queremos ver en los demás algo más que lo físico, mejor.
Buen finde a todos ustedes!!!!

4 Comments


Muy buena entrada, Noesito, me encantó.

Pero deberías seguir considerando eso de usar palabras domingueras. ¿De dónde te has sacado la misantrofobia? Eso suena a: "miedo a odiar a la gente/a la misantropía". Si te referías a miedo a las personas, pudiste decir: Antropofobia :)


De cualquier manera, me gustó mucho tu entrada.

¡Qué bonito cu...erpo! ¡Qué bonitas letras!

Saludos


Al final de los días, El Principito nos servirá para ejemplificar todo.

Yo, hoy en día, bien egoistota lucho por mi bienestar, por mi paz, por.... pero siempre pierdo esa batalla.

Siempre la gana la situación actual, la noticia del día, la matanza o el bloqueo...no me puedo evadir de nada....y es cuando dudo.....de que sirve mi lucha?

En días de iluminación valoro el pasado y veo frutos, y me doy ánimos, y el precio no me importa, mientras vea luz no me importa lo vivido.

Y si los demás solo ven lo de fuera ps ni pex, segurmanete así como ellos ponderan así serán ponderados.

Yo solo busco una sonrisa...bueno una gigante sonrisa.....y transparente...bueno tambien que huela rico.... bueno si no huele rico que le guste bañarse conmigo.... ps ya que estamos en pediches.....

2046


Yo opino que mas vale que el envoltorio sea representativo de lo que hay adentro, sobre todo en el caso de los “guapos”…los feos ya la llevan de gane si es que son bellos por dentro, les guste o no, no le tienen que demostrar nada a nadie….


Hay unos guapos, listos, cultos y encantadores... y son gays :(

Yo por eso soy hermosa, divertida, educada, sagaz, amable, inteligente, cariñosa e imaginaria...

Besos!

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