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Sin título.

Lo dijo Noé el 28 de mayo de 2010 , mientras ordenaba , ,
Mediodía en Tel Aviv. El sol cae como plomo, motivo de sobra para que cientos de bañistas se vuelquen a las playas del Mediterráneo a lucir lavaderos y lavadoras. Una pareja camina por la playa. Más de uno voltea a verlos. No es usual, van tomados de la mano. Ambos hombres, ambos maduros, uno palestino, el otro israelí. Las murmuraciones inician. Risas burlonas, algunas discretas y otras más evidentes. Muecas de desprecio. Una turista latinoamericana comenta con su esposo: "Pero mira a este par de jotos!!! ¿Qué les pasa? ¿Cómo se atreven a salir así?" Su esposo no hace comentarios al respecto. La pareja se instala en un lugar concurrido. Un par de guardias los detiene y les hace ver que ese sector de la playa no es propio para "gente de su condición". La pareja no quiere alegar. Simplemente toman sus cosas y se van a otra parte. La turista observa de reojo, a través de sus gafas oscuras. Piensa "es que qué aberrante para nosotros tener que ver esas cosas!!". Prosigue su siesta en el camastro.
Del otro lado del mundo, los hijos de la turista están haciendo una "pool party" en su casa de campo. Todos sus amigos del campus están en ella. Las empleadas de limpieza de la casa tuvieron que quedarse ese fin de semana. Que total, que a dónde pueden ir las gatas estas. Que si a su cerro natal o qué gooooeeeeiii. Una de las empleadas habla muy poco el español. Tiene que ayudarse con sus compañeras. Los comentarios despectivos por parte de algunos chavos ebrios no se dejan esperar. Risas de burla. La chica apenas entiende lo que le dicen. Ve sus carcajadas. Trata de reir con ellos, pero no entiende que el objeto de la diversión es ella misma. Tuvo que venir a pedir trabajo en la ciudad. En algunas casas no la querían contratar por su apariencia. "Y si nos roba las joyas??" era lo que comentó una señora en alguna ocasión. Por fin, su prima le dejó su puesto en la casa de esa familia, quienes eran cristianos devotos y de muy buena posición económica. La prima se fue a Canadá. Consiguió un empleo por parte de un programa gubernamental que exportaba mano de obra a aquel país. Las remesas para su familia eran buenas. Le había tocado un buen jefe en la fábrica en la que estaba. Un filipino treintañero que tenía a su cargo la línea de producción en la que se mezclaban latinos, chinos, uno que otro africano, hindúes y la así llamada "white trash". Como William, hijo de un granjero de la provincia de Alberta que había llegado a esa ciudad en busca de emociones más allá de ordeñar vacas y cortar leña. Su meta era llegar a ser artista reconocido....dentro del mundo del porno. Ya había participado en producciones amateur. Y había tenido que someterse a las indicaciones del director. Como querían llegar a un "amplio mercado", el sexo interracial era un tema harto recurrido en las filmaciones. Allí conoció a Scarlett. Bueno, ese era su nombre artístico. Päshke era su nombre original. Sus papás habían llegado a Canadá desde Londres, a donde también habían llegado huyendo de Sarajevo, cuando el conflicto étnico en Bosnia estaba en su punto álgido. Ella era apenas una bebé. Viviendo en el extranjero olvidó sus raíces. Se tiñó de rubio. Su habla y sus costumbres eran netamente anglosajonas. No tenía (y no quería tener) ningún vínculo con sus orígenes. De sus primos, muchos sobrevivieron a la guerra. Ahora trataban de prosperar en una Bosnia en constante estado de recuperación. Uno de ellos, Goran, había logrado establecer una empresa de fertilizantes, misma que le redituaba lo suficiente para vivir de manera desahogada y que incluso había logrado hacerse de socios y clientes no solo en ciudades vecinas, sino también en países de la cuenca del Mediterráneo. Como Japhet, comerciante de Tel Aviv a quien había conocido en un antro gay de Ibiza. Y a la pareja de éste, Amir, palestino. Llevaban más de 3 años juntos. Pese a las cosas que juntos les había tocado enfrentar. Como esa ocasión en la playa.
Mientras se alejaban del sitio en el que habían sido despedidos por los guardias, Japhet sólo comentó:
-¡Muy mal que sigan con esa clase de prejuicios en estas playas!
-¿Qué más da?-respondió Amir- acuérdate que falta poco para que nos vayamos a vivir a España. Por cierto ¿te fijaste quién estaba cerca de donde nos corrieron?
-No, ¿quién?
-El latino con el que hicimos el trío hace dos días.
-No!!! ¿En serio?
-Sí, estaba acostado en un camastro, tomándole la mano a una mujer que nos estaba viendo muy feo....

3 Comments


Este comentario ha sido eliminado por el autor.

Por eso nunca digas de esa agua no he de beber porque te veré tragaaaando... Todos tenemos nuestros gustos culposos o no, el punto es que si te cae el veinte de que somos iguales entre todos, te diviertes más


NOEEEEE eres adorable!!!! Un besote niño precioso!!!!!!!!!. me haces pasar tan buenos momentos con tus letras.....:)

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