#Túmuymal
Y amanecer con otro(s).
Está oscuro... hace frío y no quiero entrar en el agua.
Cuando estaba chavito los soñaba... despertaba empapado en sudor pensando en ellos, en el sueño los veía de diferentes formas y en diferentes situaciones, a veces ni siquiera estaban ahí, solo los sabía cerca, esperando no se que... al despertar con sobresalto a media madrugada de un sueño de estos la oscuridad no ayudaba porque imaginaba que estaban ahí cerca, aunque fuera en mi cuarto, la sensación de verlos moverse cerca de mi me aterraba, y por no querer ver a mi alrededor me metía en las cobijas, pero el calor era insoportable y tenía que salirme de ellas para volver a la oscuridad de mi cuarto. Cerrar los ojos era peor. Cada pesadilla diferente pero todas igual de angustiosas...
Sucedió por meses durante dos o tres años, por temporadas, igual fue más frecuente de lo que recuerdo, pero sí fueron pesadillas recurrentes que llegaron a terminar en noches de insomnio viendo televisión por miedo a dormirme y volver al sueño. Hubo épocas en que pasaba lo mismo tres o cuatro noches seguidas, a veces dejaba de suceder por semanas, pero una noche volvían. Nunca se me ocurrió saber lo que significaba realmente verlos en sueños.
Fue muy claro que ese día frente a un gran tanque lleno de agua que encontré paseando en un acuario de Cancún con dos amigas, algo sucedió. El miedo se convirtió en fascinación y la angustia en ansiedad por estar cerca de uno de ellos, me quedé contemplando la oscuridad que había dentro del gran tanque, no se veía nada, entorné bien los ojos cuando un golpe en la espalda me hizo brincar. - ¿Quieres entrar? Podemos darte un precio especial si entras con tus amigas.- No supe que responder, de inmediato una de mis amigas accedió y preguntó de qué se trataba la atracción. - Hay que entrar con wet suit dentro de una cabina de acrílico que será sumergida dentro del tanque, ahí podrán observarlos y darles de comer. - ¿Darles de comer? Sentí un vuelco en el estómago, y pensé: ¡Ni madres! yo no entro ahí ni con chochos, estaba en eso, observando a la señorita que platicaba con mi amiga, dando la espalda al tanque de agua, cuando volteé y me llevé una verdadera sorpresa que me puso fuera de mi pero también arregló algo dentro de mi. La criatura se movía despacio frente a mis ojos, de no haber sido por el grueso cristal que dividía el espacio donde yo estaba del hábitat del pez, con solo estirar un poco la mano lo habría podido tocar. Un tiburón tigre de aproximadamente dos y medio metros de largo me saludaba con sus ojos vacíos y sus fauces a medio abrir. Las ganas de correr convirtieron en ganas de tocarlo, de jugar ahí dentro, volteé y dije: Sí, entremos ¿cuánto cuesta?
Después de enfundarme en un traje de neopreno negro con motivos fluorescentes y de haber desembolsado los últimos 900 pesos que tenía para el resto de mi viaje, entramos en un cuarto enorme que resultó ser la parte de arriba de la piscina donde vivían siete tiburones de diferentes especies, recuerdo que tenían dos tiburones tigre, los más grandes del acuario, dos tiburones limón y tres ejemplares más pero mucho más pequeños. Nadé dentro de la cabina de acrílico por espacio de media hora más o menos, sin poderlos tocar pero muy cerca de ellos, viéndolos venir hacia mi y dar vuelta a una velocidad impresionante. El miedo que sentía cuando soñaba con ellos, se convirtió en respeto y ganas de saber más sobre ellos, no se si se trató de una confrontación directa en la vida real con mi peor pesadilla, pero lo volvería a hacer... creo.
En algún lado leí que soñar a estos animales podía significar muchas cosas. Podía ser que existiese alguien a mi alrededor que yo veía como a una persona sin escrúpulos y codiciosa, en la que no podía confiar. También significaba que podía estar pasando por un periodo de dificultades, preocupaciones y tristezas.
Encontré muchos más datos: Soñar con tiburones, representa los sentimientos de rabia, hostilidad y agresividad que percibimos a nuestro alrededor. Soñar con tiburones significa que tienes grandes enemigos y hasta resulta que si sueñas que ves tiburones nadando en aguas claras, mientras estuvieras tomando el sol y disfrutando, es porque levantas celos y envidias a tu alrededor, que te crearán enemigos que intentarán hacerte daño, eso ya me dio risa.
El punto importante es que la figura de esos gigantes me han vuelto a visitar en una noche de sueño alguna vez, pero siempre es agradable verlos y ya nunca aparezco dentro del agua esperando que se acerquen a mi para atacarme, más bien los veo desde algún balcón o una ventana, o detrás de una cabina de acrílico... hum... no, ese no fue un sueño.
Les dejo este regalo que es una maravilla. A lo mejor les inspira un poco de miedo... o no, pero yo lo soñé y no.
Hay placeres arraigados a Mí por la propia Naturaleza, los cuales disfruto plenamente y sin “sentir culpa” al satisfacerlos, placeres normales que necesito para vivir porque mi cuerpo me los pide para funcionar, escuchar a todo volumen rolas de Aretha Franklin porque me traen recuerdos gratos, bailar música electrónica o soul y jazz por que me pone de buenas, comerme un litro de helado de chocolate si estoy deprimido, o doble orden de enchiladas de mole porque se me antoja, quedarme en cama todo el domingo (o cualquier otro día) porque quiero... También tengo placeres ligados a una homosexualidad anormal (porque si es anormal serlo) que jamás me harán culpable porque la religión (que no es igual a Biblia) dice que es malo sentirla y ejercerla, besar al wey con el que ande porque vuelo cuando lo hago, mamar verga porque lo hago y disfruto al máximo, mirar porno porque me excita, entrarle a una orgía para que no me cuenten, coger con mis (bizcochazos) amigos del americano o cogerme a mis vecinos boxeadores... ¡Con mota y poppers! Woooow. ¿Culpa? Naditaaaa!!!
¿Placeres culposos?...
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