Hoy todo es Arizona
La rubia alta y delgada, con piel como de porcelana, entra al elevador. Hace un mohín discreto al toparse con el oficinista joven, moreno, de cabello áspero y ojos oscuros. El oficinista le dedica un par de miradas lascivas, sale del elvador y se dirige a la calle, donde se topa con la mujer indígena que hace el aseo de su oficina. Nunca ha visto que tiene unos hermosos ojos verde oscuro, sólo sabe que es una india. La india sube al elevador a cambiar el agua de la cafetera, justo a tiempo para que la rubia se sirva una taza de café. La rubia la saluda sonriendo, con un gesto que parece de compasión. La india sonríe para sí cuando nota el gesto. Le molesta estar con la rubia, nunca sería su amiga, es tan pendeja...
La discriminación es, según yo, la hija predilecta del miedo y la ignorancia. Discriminamos porque desconocemos, porque no queremos conocer. Discriminamos porque miramos sin ver. Discriminamos por puritito entrenamiento, por costumbre y hasta por entretenimiento. Pero para que exista discriminación tiene que existir un discriminado, cierto? Y el discriminado deberá dejarse discriminar y cuando no se deje discriminar el valiente vive hasta que el cobarde quiere y...¿Por qué discriminar? ¿Quién gana? ¿Qué se gana? En el caso de la discriminación, al final quedan más preguntas que respuestas. Lo que queda es educar. Lo que queda es perder el miedo, recobrar la curiosidad y sobre todo, pensar un poquito. Sí la discriminación es en sí estúpida, lo peor es que haya tanto pendejo allá afuera apoyando causas que le vendieron de la manera más barata del mundo. Cosa curiosa: buscando establecer diferencias, se vuelven uno más de la masa. Viven en el infierno del espejismo de los diferentes.
No hay, a fin de cuentas, mucho que decir. Sólo mantener la curiosidad, la inocencia, la espontaneidad. Sólo lee un poco, viaja un poco, conoce un poco, acepta un poco. Y si la ves venir, no la peles y solita se va. Y si la estás sufriendo, alza la voz, que seguro muchas se unirán. Para lo que sirva, aquí está la nuestra.