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Naturaleza mentirosa

Lo dijo Noé el 11 de diciembre de 2009 , mientras ordenaba , ,
Afianzada en su tela, la araña espera pacientemente. Ya ha tendido su trampa, una trama sedosa que, de tan fina, es casi invisible. Es como si no estuviera ahí, engaña a los sentidos, como si se tratara de un espacio libre para transitar. La próxima víctima no advierte el peligro, simplemente cae en ella y no puede zafarse. La araña aprovecha. Inmoviliza, segrega más seda y va envolviendo a la presa cada vez más y más. Cualquier intento de ésta por liberarse sólo contribuye a que la araña redoble su esfuerzo. Al final, la víctima queda inmersa en un envoltorio, una camisa de fuerza que la sujeta firmemente y que constituirá, a la postre, su tumba.Mentirosa es la tortuga que, buscando su comida, usa su lengua como señuelo para atraer peces. Uno de ellos se acerca, movido por la curiosidad o el hambre a, lo que cree, se trata de una lombriz o un bocado apetecible. Un par de mandíbulas como tenazas se cierran súbitamente, sin darle oportunidad de escapar. Simplemente muchas cosas no son lo que aparentan.


Si la mentira es crear una realidad alterna, una ilusión, abundan los ejemplos en la naturaleza. La orquídea que toma forma de insecto hembra y secreta feromonas con el fin de ser polinizada por los zánganos. Las lagartijas que cambian de coloración a voluntad para camuflarse con su entorno. La serpiente de especie inofensiva cuya apariencia y comportamiento imitan de manera casi perfecta a su prima mortalmente venenosa. La zarigüeya que se finge muerta para ahuyentar a sus depredadores. Los insectos que adquieren formas fantásticas para no ser detectados. Las situaciones son innumerables. Un solo objetivo: perdurar como individuo y como especie. Comer, pero evitar ser comido.





¿Aplica también esto para la especie humana? Los ejemplos antes descritos tienen un común denominador: mienten por instinto. Nosotros no. Nosotros lo hacemos a conciencia. Al nacer con la capacidad de raciocinio, discernimiento y libre albedrío, y conforme vamos desarrollando estas aptitudes se nos presentará siempre esa disyuntiva ¿mentir o no? Puede que, de cierta forma, apliquemos algo de ese instinto de conservación al mentir. Cuando lo hacemos por proteger algo o a alguien. Hace unos días, en uno de los comentarios, alguien expuso que se ha mentido en muchas ocasiones para salvar vidas. Eso es inobjetable. Y hasta loable. Pero son casos extremos, y muy raramente en nuestra vida nos vemos sujetos a esas situaciones. Ahora, volviendo a nuestra cotidianeidad, a sabiendas que al mentir hay consecuencias que no son mayormente benéficas ¿cuál es, entonces, el punto de no ser veraces? ¿se trata, simplemente, de algo inevitable? ¿por qué nos cuesta tanto decir la verdad? ¿es miedo, acaso? Pero ¿a qué? Me viene a la mente un diálogo entre Jack Nicholson y Tom Cruise en A few good man:
-¿Qué es lo que busca?
-¡La verdad!
-¡Usted no puede manejar la verdad!


Crudo y drástico ¿no? Pero reitero el punto ¿qué hay de malo en decir la verdad, que la mayor parte de nosotros nos vamos por el lado opuesto? ¿es porque no podemos manejarla? Hay que tener en cuenta que, al iniciar una mentira, tendremos que inventar muchas más para sostener esa primera que dijimos. Es como la presa de la araña del primer ejemplo. Queriendo zafarse, se enreda más. Y lo digo por experiencia propia. En ese proceso de aprender de los pasos no han sido pocas las ocasiones, lo confieso, en que opté por inventar cosas que no eran, o decir verdades a medias, u ocultar cosas que sabía. Todo lo cual es, llanamente, mentir. Y las consecuencias no fueron buenas. Quisiera decir que he aprendido la lección y que ahora soy una persona que dice la verdad a toda costa, pero mentiría. En lo que no mentiría es en decir que todo ello me ha vuelto más cauto, y que antes de provocar una situación que me lleve a mentir, es mejor evitarla.


Tal vez suene muy ingenuo, pero si las mentiras, esas realidades alternas, dejaran de permear tanto todos y cada uno de los aspectos de nuestras vidas, éstas serían muy diferentes. Y para bien. Puede ser ¿por qué no intentarlo?. Le cedo la última palabra a Lucy, uno de nuestros ancestros (si es que acaso no nos mintieron los paleontólogos):

10 Comments


Mentiras animales, mentiras humanas. El instinto. La conciencia. ¿Dónde estamos? ¿es la mentira inevitable o necesaria? Cubrir apariencias, dejar para después, de conocer otra cosa, cuando las aguas... Y estan los pretextos y la necesidad, casi imperiosa, de negar las evidencias. Está grueso.
Saludos
Por un momento pensé que ibas a hablar de ti como una araña. Me asusté. Enhorabuena.
Tu ´perfil biológico hace mucho más bien que un perfil, digamos, sociologico, o médico, que sueltan el mal pensamiento de entrada.


Que chido! las mentiras y la biología jajajaja


Fritzio:
Yo como araña?? Jaja, no me imagino una especie de alter ego con ocho ojos y ocho patas =P Lo que son las cosas. Sabemos hacer lo correcto, pero como también está implícita la tendencia a lo contrario, la balanza se vuelca desfavorablemente para la primera opción. Desde que se inventaron los pretextos mentimos, creo. Saludos y buen fin de semana.

Mercury:
Es inevitable, la más de las veces, para mí, el vincular un punto de vista biológico con muchas cosas que observo a mi alrededor. Saludos!!!


Me gusto la forma en tomaste el tema, desde un punto de vista "natural".

Habra que diferenciar entre los animales y plantas, a los humanos-pseudo-racionales, ya que nosotros (generalmente) lo hacemos para lograr un objetivo que nos beneficie o que no nos perjudique, lo animales y las plantas lo hacen para sobrevivir, aunque tambien lo hagamos nosotros para sobrevivir, sin embargo, la frase "El Fin Justifica Los Medios" creo que aplicaria mejor para los seres "irracionsles" y estoy seguro que para nosotros, los mal llamados "racionales" no debería de aplicar, a excepcion de que la finalidad de la mentira sea para una buena causa ajena y no propia.


Por eso mismo la mentira debería ser considerada como un acto peor de lo que se le considera en México al menos: porque es algo que hacemos conscientemente.


Tadeo:
Vivimos en una era en la que, como mencionas, la posibilidad de mentir, de una u otra forma, se vuelve más palpable. Si como dices al final de tu comentario, será más fácil ponerse en evidencia, no vería entonces el por qué de seguir mintiendo. Sin embargo, tal parece que puede acrecentarse. A riesgo de cada quien, por supuesto.

YobLleh:
Se me hace paradójico: aplicamos el raciocinio para elaborar un engaño (a veces perfectamente tramado), pero somos irracionales al sostener ese engaño o defenderlo a toda costa, aun sabiendo que defendemos lo indefendible (Lucero ¿otra vez eres tú? jaja). Y en mi opinión el fin nunca justificará los medios, si éstos involucran la falta de honestidad. Saludos!!!

Jaime:
Como también, conscientemente, podemos reconocer que la hemos regado. Y también, conscientemente, aceptar las consecuencias de nuestras mentiras.

Buen finde a todos!!!


me encanto, bastante original, pero al fin de cuentas la mentira es un arama de subsistencia...saludos


Toño:
Sí, un arma. Cuyo uso es opcional. Nadie nos obliga a mentir, después de todo. Saludos!!


Yo soy toda bondad y por lo tanto, no miento... arruina mi lindosiento yo.


Pinche Vieja:
Espero que tu lindosiento yo siga siendo así. Saludos y gracias por comentar. Bienvenida a este espacio =)

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