Nacido hoy
Es abrir los ojos, sentir el cuerpo en el que vivo, sentir el calor del cuerpo de al lado y del pequeñito a mis pies. Es continuar, intentar, rescatar, reconsiderar y recomenzar. He tenido primeras veces que han sido las últimas en cientos de camas diferentes, en decenas de lugares diferentes. Hay todavía muchas primeras veces que están por venir. Sin embargo, algunas primeras veces han sido tan importantes que permancen, me hacen lo que soy.
Hubo una, la de amores, que sigue aquí, muy adentro. Ocurrió hace catorce años, dos meses y dos días. Fue un encontrarme con unos ojos de mirada torva y desear el cuerpo en el que se hallaban enterrados. Fue un intento de aparearse con un fracaso inmediato. Fue un inicio de cuento, de sentarse al lado del Palacio de Bellas Artes una tarde y descubrir que había alguien del otro lado del espejo. Y hablar de sueños, de palabras y de pequeños príncipes de cabello dorado. Fueron poemas, temblores, noches de insomnio, canciones compartidas, encuentros y desencuentros en una ciudad tan grande que apenas cabíamos dos. Fue un cariño que hice crecer, cuidé, acuchillé y luego vi sanar. Y aún perdura.
Casi al mismo tiempo tuve otra primera vez, la de los talentos. Llegó como un anuncio en el periódico, el primero al que apliqué cuando llegué a esta ciudad. Sólo cumplía con dos de los requisitos, pero estaba seguro de que podía hacer lo que ahí pedían. Y lo hice. Y descubrí que podía crear desde planes de negocio hasta equipos de trabajo. A mis cortos veintitantos me tocó nadar entre tiburones corporativos y salir un poco mordisqueado, pero vivo. Viví por primera vez fuera de mi país y me enamoré un poco de Brasil y Nueva York. Ya regresaré a ellos.
Mi última primera vez importante fue un choque brutal con mi peor enemigo. Ése con el que he vivido lado a lado durante treinta y seis años. Ése que no sabía decir que no hasta hace muy poco. Ése que creía que la manera de ir hacia adelante era cumpliendo todas las expectativas, por disparatadas que fueran. Hasta que, una mañana de Diciembre hace justamente un año, cayó en el suelo del baño, bañado el cuerpo en lágrimas, derrotado, diciendo NO a todo lo que no fuera su verdad.
Hoy es mi primera vez. Hoy cumplo el primer año de ser libre de mí.