Un segundo, un parpadeo, una reacción retardada. Volantazos. Derrapones en la carretera. Buscas de qué agarrarte. La puerta de tu lado se abre de súbito y no sales despedido tan sólo porque traes el cinturón de seguridad puesto. El entorno gira, lo que antes se veía normal ahora se ve de cabeza. Momento, ¡quien está de cabeza eres tú! pero ¿cómo pasó? Si unos segundos antes venías de lo más tranquilo, contestando mensajes en el celular. Y la respuesta la encuentras en el conductor: "Me cabeceé".....Para variar, el lado más madreado: el del copiloto, justo donde venías sentado =S
Cuando piensas que tu día no podría ser más perfecto, y que todo había transcurrido en perfecto orden y comunión con el cosmos (jaja, frase mamona) y que llegarás a casa sin novedades, ¡pum! ¡zaz! ¡cuaz! sucede algo, a veces ajeno a tu voluntad, que te cambia la fichada y te pone de cara a la realidad.
De momento no se siente nada. Tu vida no pasa frente a tus ojos. No sientes miedo. No ves ninguna luz al final del túnel. Sólo piensas "maldita sea, llegaré tarde a casa por esto". Te zafas del cinturón de seguridad y buscas cómo salir. La puerta está retorcida y es un tanto dura de abrir, así que como puedes te escabulles en el breve espacio abierto (sí ayuda el estar flaco). Oyes a tus compañeros preguntarse entre sí: "¿estás bien? ¿te lastimaste?". Sólo sientes un leve dolor en la cabeza, fruto del golpe dado quién sabe en qué momento. Te tocas la cabeza y sientes un leve chichón. Nada de gravedad, aparentemente. Buscas cómo sacar tus pertenencias. Revisas junto con los compañeros el estado del vehículo. Dictamen: "¡qué madrazo!". Llamadas telefónicas aquí y allá para avisar de lo sucedido. Ves a tu alrededor y comprendes que la libraste. Y entonces, sólo hasta entonces, te cae el veinte. Piensas "No mames!!! Estoy...soy... cuando podría no ser ni estar nunca más!!!" Y viene a tu mente esa frase que, de tan trillada, hasta te parecía cliché: "vive cada día como si fuera el último".
Y aunque después de todo no haya sido un accidente de graves consecuencias, si te pones a pensar que mucha gente muere en circunstancias mucho más lelas (por así decirlo) entonces sí te consideras afortunado. Una de varias: o no te tocaba, o algo o alguien te quiere todavía de este lado o algo o alguien NO te quiere de aquel lado, si es que existe aquel lado.
Y esta es mi primera vez en el fascinante mundo de las estadísticas de accidentes carreteros =S
Lo reitero: Amo la vida!!!