Güi ar de chanpions

A placer.
Hay placeres arraigados a Mí por la propia Naturaleza, los cuales disfruto plenamente y sin “sentir culpa” al satisfacerlos, placeres normales que necesito para vivir porque mi cuerpo me los pide para funcionar, escuchar a todo volumen rolas de Aretha Franklin porque me traen recuerdos gratos, bailar música electrónica o soul y jazz por que me pone de buenas, comerme un litro de helado de chocolate si estoy deprimido, o doble orden de enchiladas de mole porque se me antoja, quedarme en cama todo el domingo (o cualquier otro día) porque quiero... También tengo placeres ligados a una homosexualidad anormal (porque si es anormal serlo) que jamás me harán culpable porque la religión (que no es igual a Biblia) dice que es malo sentirla y ejercerla, besar al wey con el que ande porque vuelo cuando lo hago, mamar verga porque lo hago y disfruto al máximo, mirar porno porque me excita, entrarle a una orgía para que no me cuenten, coger con mis (bizcochazos) amigos del americano o cogerme a mis vecinos boxeadores... ¡Con mota y poppers! Woooow. ¿Culpa? Naditaaaa!!!
¿Placeres culposos?...
Está oscuro... hace frío y no quiero entrar en el agua.
Cuando estaba chavito los soñaba... despertaba empapado en sudor pensando en ellos, en el sueño los veía de diferentes formas y en diferentes situaciones, a veces ni siquiera estaban ahí, solo los sabía cerca, esperando no se que... al despertar con sobresalto a media madrugada de un sueño de estos la oscuridad no ayudaba porque imaginaba que estaban ahí cerca, aunque fuera en mi cuarto, la sensación de verlos moverse cerca de mi me aterraba, y por no querer ver a mi alrededor me metía en las cobijas, pero el calor era insoportable y tenía que salirme de ellas para volver a la oscuridad de mi cuarto. Cerrar los ojos era peor. Cada pesadilla diferente pero todas igual de angustiosas...
Sucedió por meses durante dos o tres años, por temporadas, igual fue más frecuente de lo que recuerdo, pero sí fueron pesadillas recurrentes que llegaron a terminar en noches de insomnio viendo televisión por miedo a dormirme y volver al sueño. Hubo épocas en que pasaba lo mismo tres o cuatro noches seguidas, a veces dejaba de suceder por semanas, pero una noche volvían. Nunca se me ocurrió saber lo que significaba realmente verlos en sueños.
Fue muy claro que ese día frente a un gran tanque lleno de agua que encontré paseando en un acuario de Cancún con dos amigas, algo sucedió. El miedo se convirtió en fascinación y la angustia en ansiedad por estar cerca de uno de ellos, me quedé contemplando la oscuridad que había dentro del gran tanque, no se veía nada, entorné bien los ojos cuando un golpe en la espalda me hizo brincar. - ¿Quieres entrar? Podemos darte un precio especial si entras con tus amigas.- No supe que responder, de inmediato una de mis amigas accedió y preguntó de qué se trataba la atracción. - Hay que entrar con wet suit dentro de una cabina de acrílico que será sumergida dentro del tanque, ahí podrán observarlos y darles de comer. - ¿Darles de comer? Sentí un vuelco en el estómago, y pensé: ¡Ni madres! yo no entro ahí ni con chochos, estaba en eso, observando a la señorita que platicaba con mi amiga, dando la espalda al tanque de agua, cuando volteé y me llevé una verdadera sorpresa que me puso fuera de mi pero también arregló algo dentro de mi. La criatura se movía despacio frente a mis ojos, de no haber sido por el grueso cristal que dividía el espacio donde yo estaba del hábitat del pez, con solo estirar un poco la mano lo habría podido tocar. Un tiburón tigre de aproximadamente dos y medio metros de largo me saludaba con sus ojos vacíos y sus fauces a medio abrir. Las ganas de correr convirtieron en ganas de tocarlo, de jugar ahí dentro, volteé y dije: Sí, entremos ¿cuánto cuesta?
Después de enfundarme en un traje de neopreno negro con motivos fluorescentes y de haber desembolsado los últimos 900 pesos que tenía para el resto de mi viaje, entramos en un cuarto enorme que resultó ser la parte de arriba de la piscina donde vivían siete tiburones de diferentes especies, recuerdo que tenían dos tiburones tigre, los más grandes del acuario, dos tiburones limón y tres ejemplares más pero mucho más pequeños. Nadé dentro de la cabina de acrílico por espacio de media hora más o menos, sin poderlos tocar pero muy cerca de ellos, viéndolos venir hacia mi y dar vuelta a una velocidad impresionante. El miedo que sentía cuando soñaba con ellos, se convirtió en respeto y ganas de saber más sobre ellos, no se si se trató de una confrontación directa en la vida real con mi peor pesadilla, pero lo volvería a hacer... creo.
En algún lado leí que soñar a estos animales podía significar muchas cosas. Podía ser que existiese alguien a mi alrededor que yo veía como a una persona sin escrúpulos y codiciosa, en la que no podía confiar. También significaba que podía estar pasando por un periodo de dificultades, preocupaciones y tristezas.
Encontré muchos más datos: Soñar con tiburones, representa los sentimientos de rabia, hostilidad y agresividad que percibimos a nuestro alrededor. Soñar con tiburones significa que tienes grandes enemigos y hasta resulta que si sueñas que ves tiburones nadando en aguas claras, mientras estuvieras tomando el sol y disfrutando, es porque levantas celos y envidias a tu alrededor, que te crearán enemigos que intentarán hacerte daño, eso ya me dio risa.
El punto importante es que la figura de esos gigantes me han vuelto a visitar en una noche de sueño alguna vez, pero siempre es agradable verlos y ya nunca aparezco dentro del agua esperando que se acerquen a mi para atacarme, más bien los veo desde algún balcón o una ventana, o detrás de una cabina de acrílico... hum... no, ese no fue un sueño.
Les dejo este regalo que es una maravilla. A lo mejor les inspira un poco de miedo... o no, pero yo lo soñé y no.
En la necesidad (o necedad) de defendernos, se han creado conceptos de “derechos”, que pretenden darnos una seguridad (utópica) de acceso a cosas ¡Que paradójicamente necesitamos para vivir (y subsistir) dentro de la sociedad (humana) en la que participamos! Es así que se conceptualizan como “derechos” las que son necesidades naturales de todo ser humano (independientemente de su condición), alimento, educación, trabajo, matrimonio, respeto. Que no... Si cada uno de nosotros, conduce su vida y su rol (familiar, civil, gubernamental, etc), dentro de la sociedad de manera correcta, ejerciendo el bien y lo bueno ¿Cualquier declaración de (cualesquiera) “derechos” estaría de sobra? Así debería ser, pero precisamente por ir en sentido contrario de lo correcto, es que se declaran, y estúpidamente en la mayoría de estos “derechos”, se contraponen intereses morales, gubernamentales, económicos y religiosos que impiden que los ejerzamos.
En 1999 fui despedido de Iusacell (por una lesbiana no declarada) porque “desde mi llegada a la empresa varios chicos habían decidido salir del closet, cosa que no les agradaba”. En el 2005 un juez me dijo (en una denuncia donde ¡Yo era el demandante!) “¿A quién crees que le voy a creer, a ti que se te nota lo -joto- o a el, que se ve más hombrecito?” y me mando a encerrar hasta que llego mi abogado exigiendo el respeto a mis “derechos” (o más bien porque tuvo miedo de una denuncia por discriminación y homofobia que en ese entonces estaba muy de moda), desde este incidente, y confiando en tener mi propio negocio, y ejerciendo mi Derecho a expresarme, decidí ponerme un tatuaje, como recordatorio (para mi) permanente de la importancia de conocer (y ejercer) mis Derechos, pues ahí voy… “Know your rights!” me pongo del lado derecho y de frente en mi cuello (si iba a ser un recuerdo, tenia que ser visible ¿no?). Eso fue hace cuatro años y el único trabajo (alternado con mi negocio) que conseguí después de muchas entrevistas canceladas al verlo, lo conseguí por una fuerte recomendación, y porque el día de la entrevista no lo notaron. Hoy (en pleno año 2010) cuando envío currículos, mi tatuaje ¡No sabes! (literalmente) que difícil hace conseguir un trabajo, por eso y por millones de ejemplos, tuyos, míos, en México y en el mundo, y no importando el numero de denuncias que se hagan, estos “derechos” son y seguirán siendo utópicos.
Por otro lado, en este afán de proclamar (y gritar) “derechos” por aquí y por allá se ha llegado al extremo -necio también- de pretender igualarnos a todos, lo que es (pendejamente) ilógico, porqué ¡(Obvio) todos somos diferentes! En pensamiento, en preferencias y propósitos, en condiciones y en intenciones, entonces... ¿Por qué pretender hacernos iguales? Sin siquiera acotar quienes Si tienen Derecho a ser tratados con (esa) igualdad. Por supuesto estoy de acuerdo (y apoyo) que todos debemos tener un mismo trato (en todos lados e independientemente de nuestras diferencias) como individuos, como humanos, sin embargo, y para acceder a estos (otros) Derechos, primero debemos ser acreedores a ellos. ¿Porque un violador o un delincuente debería tener Derecho a ser tratado (exactamente) igual a mi, o a uno que respeta su entorno? ¿Por qué alguien que compra los resultados de un examen, debería tener Derecho a ser aprobado, igual que el que si estudia? ¿Verdad que no? Con esto quiero decir que si exigimos nuestro Derecho a ser tratados igual que otros, hay que comportarnos igual a esos otros, si asesino como asesino, si prudente como prudente, (o cual sea el caso).
Creo que toda declaración de “derechos” ha equivocado el verdadero significado de ser libre, por lo mismo han sido malinterpretadas, y utilizadas a voluntad. En el pasado y anticipándose (yo creo) a toda declaración que nos diera “permiso” a ejercer cualquiera de nuestros Derechos, Pablo escribió a los Corintios... "Todo es lícito, mas no todo conviene, todo es lícito, mas no todo edifica"... Así pues tú Se quién (y como) eres, come, usa drogas, duerme, tatúate, trabaja, coge (o no) ejerciendo tu Derecho a decidir para Ti, sin ningún “cargo moral” por nada. Tú, y Yo y todos, tenemos Derecho a todo, y a hacer de todo (no importa quién diga lo contrario) no transgrediendo a los demás, sabiendo que Derecho es sinonimo de Libertad (s. f. La capacidad que tiene el hombre de actuar sin obligación alguna), y contrario a lo que muchos piensan, sabiendo que nuestros Derechos se ejercen siendo (y haciendonos) responsables.
Los tenemos homosexuales, humanos y legales (más los que se acumulen). "Suponemos" que los conocemos y creemos ejercerlos. Somos capaces de violar los de los demás (y a veces a los demás) para defender los nuestros, pero… ¿Cuál es el límite real (si lo hay) que tenemos al ejercerlos? ¿Cuál es nuestra perspectiva gay (y no) de ellos?
Esta ocasión el platillo es Derechos, los míos, los tuyos, los de “ellos”, los nuestros... ¡Los de todos! La mesa se ha servido, pongá(mos)le (cada uno) su propio condimento.
Yo no entiendo cómo ni porque burlarse y llamar “zafado” al que secuestra un avión porque (según) Di-s se lo pidió, pero no así y (ni loco) burlarse de quienes le cantan mañanitas a una virgen (según) aparecida, me parece de locos meterse drogas a lo pendejo, pero creo locos a quienes ni las conocen... ¡Y las critican! Me encantan las películas de Tarantino (planeta terror) y me aburren por “fumadas” las de Cameron, creo en el amor, pero creo absurdas las locuras por “amor”... eso de madrearte al novio porque lo “amas” (o dejar que te pongan el cuerno por lo mismo) es muy cucú-cucú, está loco que te metan un balazo en la cabeza y más locos están quienes dicen que no saben ni porque fue... y totalmente dementes quienes creen que no recordaras nada (ay ahaaaa) del asunto, pero si como meter goles (y la cuenta donde te depositan).
Ni loco tendría un perro, pero uno (bobby) “llego” y se instalo en mi casa después de “fumar” en pipa de agua con mis amigos... Te “diagnosticaron” como deficiente mental por no llorar cuando creíste que Harry Potter se llevo a tu hija, y no te volviste loca cuando “apareció” muerta en la misma cama en la que la acostaste, pero demencial seria que la comunidad judía (Bazbaz Sacal y tu “parientepoderoso” Carlos Slim entre ellos) permitiera que se manche el nombre de la misma sabiéndose la verdad de todo este asunto.
Una lesbiana me llama raro y enfermo porque critique que en un post suyo daba información incorrecta sobre
Coloquialmente se dice que (sólo) estamos locos cuando se nos va el avión... Pero a veces creo que lo estamos cuando (nos) aterriza.
¿Has visto tu vida como una sucesión de canciones? ¿Has notado de pronto que todo es bello, que todos son hermosos? ¿Has dejado que el cuerpo te lleve, el corazón te guíe y la razón observe? Yo no sé, nunca supe, tal vez no sepa. Sólo se me convirtieron los pies en golondrinas y la mente se me salió de la cabeza, se llenó de colores, de estrellas y de nombres. Me volví eterno, feliz, infinito. Y no me enfermaré nunca de cordura.
En un principio pensé en discriminar este tema, pero es mi misión publicar y hacerlo con ganas, además lo disfruto, así que empecé a pensar en la discriminación... está por todos lados, ¿estoy a favor o en contra? ¿hay diferentes niveles de discriminación o qué? ¿yo he sido, soy y seré discriminado? Investigué un poco y resultó que hasta tipos de discriminación hay: Racismo y xenofobia, homofobia o rechazo a las orientaciones sexuales distintas a las mayoritarias, discriminación a personas discapacitadas o enfermos, discriminación a las mujeres (machismo), diferenciación según el estrato social, discriminación religiosa y discriminación positiva.
Pensé si yo entro en alguna clasificación como discriminador o como discriminado... al final de cuenta los discriminados somos las minorías, no los que estamos defectuosos de algo, si la mayoría fuésemos homosexuales y solo una pequeña parte de la gente fueran heterosexuales, los roles cambiarían. De discriminaciones complejas mejor no hablaré. A mí no me disgustan los negros (¡al contrario!), ni me causa conflicto un discapacitado, la mujeres me caen bien, me llevo de pelos con ellas... los pobres, pues, ¿qué es pobre? he vivido la situación de traer en la bolsa nada más que el dinero suficiente para un boleto de metro. Todo eso más que discriminación se me hace aberración.
Discriminar está en nuestra mente día con día, , minuto a minuto, desde que nos levantamos discriminamos, desde que pasta de dientes comprar por tales o cuales características, hasta el jabón con el que nos bañamos, si hace mucha espuma, si es en barra, si huele rico o feo, si es líquido, etcétera… son tan simples estas cosas que nosotros las llamamos elecciones... hay casos más grandes aún, en nuestras relaciones personales es cuando se tornan más difíciles, porque quien dijo que el ser humano es simple, nooooo, somos una gama de complejidades, de manifestaciones que gritan por salir, ahí es donde surge este tema, discriminar, que si vamos en la calle y vemos a aquella pobre chava que parece salida de un cuento de hadas, pero más bien porque parece Katy la oruga (o tamal mal amarrado), que por ser Cenicienta, porque no se da cuenta que con una ropa tan pegada y con una figura tan regordeta parece eso: ¡una oruga! o aquel chavo, con moda europea, de pantalones entubados, cabello desenfadado, la clásica playera estampada con diseño locochón y sus Converse que de tanto uso más bien ya parecen chanclas... y nos parece lo más feo que hemos visto en el día.
Todo esta sutilmente discriminado, desde a que sector se ataca... hasta aquel que no quiere ser atacado, vendiendo una idea, introduciendo un concepto... haciéndonos la vida más fácil, más cordial... todas son ideas, que procesadas por nuestra pequeña maquina maravillosa se convierten en conceptos, y estos a su vez nos ayudan a la fabulosa tarea de discriminar, piénsenlo, no es tan descabellado como parece. Ese estilo europeo, o sea, moda creada para personas delgadas, atléticas, altas y de tez blanca, no para personas de 1.65, morenas y regordetas que más que lucir bien los hace ves como puercoespín. Desde ahí ya fuimos discriminados.
Sentado en una plaza comercial comiendo un helado con mi novio, volteábamos a ver a la gente y mientras trataba de dilucidar cómo sería mi post, pensaba: ¿qué me ve esa chava? una mujer de aproximadamente 24 años que no me quitaba la mirada de encima... como correspondí a la primera mirada me imaginé que se imaginó que me gustó, pero no. ¿La gente no sabe distinguir cuando te la estás ligando a cuando te la estás recortando? Porque de que es diferente, lo es. Me cayó el veinte... ya estaba volteando a ver a un wey que no me quitaba la mirada de encima (tampoco), pasó rapidito, todo apretadito en sus pantalones muy ajustados, y como a ese sí lo seguí con la mirada ha de haber pensado que lo estaba criticando y no, la neta ni me gustó, pero hasta eso escogemos, ¡a quien ver! Y a quien no vemos es porque nos desagrada y lo discriminamos, están en nuestra naturaleza.
Al final de cuentas, estaba discriminando gente solo con estar sentado viéndola… y pues el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, que para eso vine a este mundo, para ser discriminado, y eso sí, para seguir discriminando, claro, todo en buen plan y sin mala intención, como ustedes bien comprenderán puesto que desde que se levantan... ¿lo hacemos o no?
Discriminar no es producto de la ignorancia o miedo de quién la ejerce, la discriminación es (simple y sencillamente) una herramienta que tenemos y utilizamos (todos) para diferenciar una persona (o cosa) de otra.
Discriminar nos ayuda a separar a quienes nos agradan de los que no, y aún si discrimináramos para separar a quienes (por las razones que sean) nos desagradan (de los que no) ¡Estaríamos en nuestro derecho! Porque no estamos obligados a aceptar (para nosotros) a todos o todo (¿O si?) Por lo tanto discriminar nos ayuda a identificar más fácilmente a quienes queremos junto a nosotros, y (obvio) a los que no. ¿Qué hay de malo en esto? ¡Nada!
Entonces... ¿Cual es el problema al discriminar? El problema es que en el proceso, demos un trato de inferioridad (menospreciando y despreciando), a quienes por esas razones (discapacidad física, origen, posición económica, pensamiento, blablabla) estemos separando... Quién se enganche de este paso, pone en evidencia sus carencias y la escala de valores en la que (generalmente) se pone a sí mismo y a los demás.
La ley SB1070 surge por una necesidad (real) de Arizona por controlar el transito de inmigrantes latinos que ¡Son ilegales! (no lo olvidemos) Permite la detención para revisión (más no deportación) de gente con rasgos latinos, porque ellos (¡Bingo!) son “su” problema (no los chinos ni los europeos). Se le dan tintes racistas sin (realmente) serlo, porque los filtros para la detención son precisamente esos, los rasgos de origen ¡Lo que (clarooo) les facilita la tarea! Pero el propósito no es afirmar una ideología de superioridad étnica o de raza (por lo tanto no es racista). Es como si (guardando distancias) alguien quiere un novio africano, ¿Entre quienes buscará? ¿Entre austriacos, entre egipcios? ¡Pues no! Buscará entre gente con los rasgos que le interesan. Acá mismo en México si asaltan un banco y alguno de los asaltantes es pelón y tiene tatuajes, buscarán (entre) tatuados y pelones ¡Lógico! (pero no racista)
El pedo de
Es bien fácil tomar partido, y más fácil quejarse, la razón esta en la cabeza (por eso se piensa), y por eso (casi) no se hace (razonar), porque nos da hueva, preferimos (Yo no) llevarnos por las emociones, llorar o encabronarnos, decir ay pobres mexicanitos, si sólo van a trabajar, ya sufren mucho cruzando el rió y el desierto (porque quieren). No olvidemos que los derechos humanos (y de eso si se) no pueden estar por encima de la ley, es decir, Yo tengo derecho a la comida y no por eso debo robarla, Yo tengo derecho a mi sexualidad y no por eso debo violar para ejercerla. Y no olvidemos (tampoco) que los derechos humanos son para garantizar la igualdad ¡En tre i gua les! (porque son iguales). ¿Son iguales (no importa el origen) los ilegales a los legales? ¡No! Entonces “defender cual igualdad”.
Aún recuerdo cuando construyeron el muro, el presidente dijo “no importa que tan alto lo hagan, así de alto lo brincaremos” (¡que pendejo!), pues que ahora (se) aguante, ¡Pero no! Ahora ha dicho, “ya se han ganado esa tierra, porque ya la han trabajado” (¡más pendejo!) ya quiero ver que le deje su casa a su jardinero porque se la ha trabajado, (o que me la deje a mi si me brinco su barda y un día amanezco desayunando en su mesa). Esta padre solidarizarnos, pero se requieren argumentos reales, no olvidemos que la inmigración no es política, a Barack Obama le faltan 60 senadores en el congreso para poder desecharla, y al senador John McCain (principal promotor) es la que lo mantiene como senador. Hay que reconocer que aquí y allá hay necesidades, acá económicas y allá las que sean, pero ninguna de esas necesidades nos da derecho (digan lo que digan) de hacer lo incorrecto o lo ilegal (ni a ellos ni a nosotros).
Por ahora esta ley tiene ocupados a todos, Marcelo contrato un despacho caríiisimo (¿alguien sabe con que dinero?) de abogados y los envío para defender a los (pobrecitos) inmigrantes, los diputados se van (de viaje) a Arizona para pedirle a la gobernadora que la vete. No digo que no se haga (o que no pase) algo, pero mínimo no hacer (más) pendejadas. ¿Qué no es suficiente (la presión) con los “boicotes” comerciales? Como si México (el de acá) no tuviera prioridades, y como si en el (México) de acá no faltara por hacer en cuanto a esta materia. Si clases podríamos dar (no se hagan) enseñando lo malo de discriminar y como ser racistas, entre nosotros mismos o con los inmigrantes (siempre que no sean modelos Argentinos) que vienen del sur por ejemplo ¡Que sólo nos falta matar (y tener un Apartheid) para estar como en Sudáfrica!
Ella psicópata a falta de miembro masculino, y yo racista motivado por su mirada.
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